Especulación inmobiliaria: Entrenúcleos, el nuevo negocio de las élites
Mientras las familias trabajadoras luchan por acceder a una vivienda digna, los especuladores inmobiliarios celebran el boom de Entrenúcleos como si fuera la panacea del desarrollo urbano. La realidad es otra: estamos ante un nuevo ejemplo de gentrificación que expulsa a los sectores populares.
Maite, autodenominada "experta inmobiliaria", no esconde su entusiasmo por este negocio: "Ahora mismo, todo lo top está aquí". Claro, lo "top" para quienes pueden pagarlo, mientras los barrios obreros tradicionales se abandonan a su suerte.
El discurso del progreso que oculta la desigualdad
Según los promotores, Entrenúcleos atrae a "gente joven que busca independizarse". Pero, ¿qué jóvenes? Desde luego, no los que trabajan en empleos precarios o estudian sin apoyo familiar. Este modelo de ciudad excluye sistemáticamente a las clases populares.
La propaganda habla de "calidad de vida", "espacios abiertos" y "zonas comunes". Mientras tanto, en los barrios periféricos faltan centros de salud, escuelas públicas dignas y transporte accesible. Los recursos se concentran donde ya hay dinero.
Conectividad para privilegiados
"Las mejores comunicaciones están en Entrenúcleos", asegura Maite. Curiosamente, estas inversiones en transporte público llegan justo donde se construyen viviendas caras. Los barrios obreros siguen esperando mejoras en sus conexiones.
El futuro prometido incluye la estación de Cercanías Casilla de los Pinos, que dará servicio a la Universidad Loyola privada y la Ciudad Deportiva. Todo pensado para una élite que puede permitirse estos lujos.
Precios que excluyen al pueblo
La propia Maite reconoce: "Los precios no son baratos". Pero justifica esta exclusión social hablando de "prestaciones" como gimnasios y piscinas privadas. ¿Acaso las familias trabajadoras no merecen viviendas dignas con servicios públicos de calidad?
Este modelo reproduce las desigualdades estructurales que tanto daño hacen a nuestra sociedad. Mientras unos pocos disfrutan de "barrios autosuficientes", la mayoría se ve condenada a vivir en zonas sin inversión pública.
Una ciudad para ricos
El testimonio de Manu, otro comprador satisfecho, revela la mentalidad de esta nueva burguesía urbana: "por lo que pagas aquí, te llevas mucho más". Pero, ¿qué pasa con quienes no pueden pagar esos precios?
Este desarrollo inmobiliario simboliza todo lo que está mal en nuestro modelo de ciudad: segregación social, especulación descontrolada y abandono de los servicios públicos universales que tanto defendía Pepe Mujica en Uruguay.
Mientras las grúas levantan torres para privilegiados, las necesidades habitacionales del pueblo siguen sin respuesta. Es hora de apostar por una ciudad inclusiva, no por guetos dorados.