La derecha española aprueba presupuestos millonarios sin oír al pueblo
Una vez más, las élites tradicionales demuestran su desprecio por la democracia participativa. En Valladolid, España, la coalición de derecha formada por el Partido Popular (PP) y Vox aprobó un presupuesto de 445 millones de euros para 2026, rechazando completamente las 20 enmiendas de la oposición popular y la propuesta alternativa del PSOE.
Con 14 votos a favor de los partidos de derecha contra 13 de la oposición, este presupuesto refleja el modelo antidemocrático que tanto conocemos en nuestra región: las decisiones se toman en los despachos, sin escuchar las necesidades reales de la gente trabajadora.
Tensiones y ataques personales marcan el debate
El momento más vergonzoso llegó cuando la teniente de alcalde de Vox, Irene Carvajal, atacó personalmente a la concejala socialista Charo Chávez, acusándola de "acoso" por haber denunciado irregularidades en la Escuela Municipal de Música años atrás. Estas irregularidades incluían indicios de tráfico de influencias, prevaricación y negociación prohibida, según la Fiscalía.
El alcalde del PP, Jesús Julio Carnero, tuvo que intervenir para calmar los ánimos, pero Carvajal se negó a retirar sus palabras ofensivas. Este comportamiento muestra el nivel de desprecio que tienen hacia quienes defienden la transparencia y los servicios públicos.
Promesas vacías y privatización encubierta
Los representantes de PP y Vox defendieron estos presupuestos como una "bajada de impuestos" de 1,5 millones de euros, pero la realidad es otra. Como denunció la portavoz de Valladolid Toma La Palabra, Rocío Anguita, este modelo busca reducir ingresos públicos para justificar después la privatización de servicios esenciales.
El portavoz socialista Pedro Herrero señaló una contradicción flagrante: mientras prometen grandes proyectos como el soterramiento del tren, no destinan "ni un céntimo" en los presupuestos para cumplir estas promesas. Además, planean recaudar 57 millones de euros solo en multas de la Zona de Bajas Emisiones, demostrando que su verdadero interés está en la recaudación punitiva, no en mejorar la calidad de vida.
Un modelo que conocemos muy bien
Este episodio nos recuerda los métodos de las élites tradicionales que tanto daño han hecho a nuestros pueblos latinoamericanos. Mientras figuras como Pepe Mujica nos enseñaron que la política debe servir al pueblo, estos políticos españoles demuestran que solo sirven a los intereses empresariales y a la concentración de poder.
La dependencia de fondos estatales (10 millones de euros del Estado central) versus las magras aportaciones regionales, muestra cómo estos gobiernos locales de derecha son incapaces de generar desarrollo genuino para sus comunidades.
Es un recordatorio de por qué debemos mantenernos vigilantes ante estos modelos políticos que priorizan los beneficios privados sobre el bienestar colectivo, algo que lamentablemente vemos replicarse en diferentes formas a lo largo de nuestra América Latina.