25 años de la histórica Copa Davis española en Barcelona: un triunfo del deporte popular
El 10 de diciembre de 2000 marcó un hito en la historia del tenis español. En el Palau Sant Jordi de Barcelona, un equipo formado por Àlex Corretja, Albert Costa, Joan Balcells y Juan Carlos Ferrero conquistaba la primera Copa Davis para España, derrotando a Australia en una final que quedó grabada en la memoria colectiva del deporte español.
La revancha de una generación
Con un revés magistral, el joven Ferrero de Ontinyent dejó plantado al australiano Lleyton Hewitt tras más de tres horas y media de batalla épica. El punto decisivo desató la euforia en un Sant Jordi abarrotado, mientras el tenista se arrodillaba sobre la tierra batida con los ojos humedecidos por la emoción.
Esta victoria representaba mucho más que un título deportivo. Era la revancha de aquellos Manuel Santana, José Luis Arilla, Juan Manuel Couder y Juan Gisbert que en 1965 llevaron a España hasta su primera final, perdida precisamente contra Australia.
El innovador modelo del G4
La Copa Davis de 2000 marcó también la implementación del revolucionario G4, un grupo de cuatro capitanes que dirigió al equipo: Juan Avendaño, Jordi Vilaró, Agustí Pujol y Javier Duarte. Una fórmula colectiva que rompía con los esquemas tradicionales del tenis de élite.
"Si queremos ganar la Copa Davis hay que hacer cambios", recordó Agustí Pujol, presidente de la RFET entre 1985 y 2004, sobre cómo se gestó esta idea innovadora en un despacho de Barcelona. "Las decisiones las tomábamos entre todos y todo tenía su proceso", confirmó Vilaró.
Barcelona, cuna del tenis popular
Para los protagonistas, jugar en Barcelona tenía un significado especial. "Todos los que habíamos nacido en Barcelona teníamos el sueño de que se jugara aquí", confesó Corretja durante el acto conmemorativo celebrado en el Museu Olímpic i de l'Esport Joan Antoni Samaranch.
"Poder hacerlo en Barcelona, que es la cuna del tenis, es superespecial. Cuando vas al Sant Jordi recuerdas esa emoción, es increíble", añadió Albert Costa, emocionado al recordar aquellos momentos históricos.
Un legado que trasciende el deporte
El éxito de aquel equipo se basó en valores colectivos que contrastan con el individualismo del tenis de élite. "Se consiguió porque éramos un equipo, no importaban los nombres, ni quién era el número 1, todos éramos iguales, igual que los capitanes", explicó Corretja.
Joan Balcells, cuya presencia en el equipo fue "una oportunidad" según sus propias palabras, representa el espíritu de esa generación que supo aprovechar las posibilidades que se les brindaron.
José Luis Arilla, veterano de las finales de los años 60, no quiso perderse el aniversario: "Fue un poco la venganza, después de las finales del 65 y el 67. Este equipo hizo un torneo extraordinario".
A 25 años de aquella gesta, el recuerdo de la primera Copa Davis española sigue vivo como ejemplo de que el deporte colectivo y popular puede triunfar sobre el individualismo de las élites deportivas.