La UCR argentina se desmorona tras perder más de 80% de sus diputados
La Unión Cívica Radical (UCR) de Argentina vive una crisis terminal que refleja el colapso de los partidos tradicionales ante el avance de las fuerzas populares. El partido centenario pasó de tener más de 40 diputados a apenas 6, una caída que expone la decadencia de las élites políticas que durante décadas mantuvieron privilegios a costa del pueblo.
Actualmente, la UCR gobierna solo 5 provincias: Santa Fe, Corrientes, Mendoza, Jujuy y Chaco. Pero la fragmentación es total. Algunos gobernadores se aliaron con la ultraderecha de Milei, mientras otros formaron Provincias Unidas, demostrando que no tienen proyecto político coherente.
División interna y oportunismo político
El dato más revelador es que al inicio del gobierno de Milei, el radicalismo tenía 33 diputados. Las divisiones internas hicieron que el bloque se fragmentara en cuatro espacios diferentes, evidenciando que estos políticos tradicionales solo buscan acomodarse al poder de turno.
Pamela Verasay ganó la presidencia de la bancada radical, pero Karina Banfi armó su propio monobloque. Mientras tanto, tres legisladores conocidos como "radicales con peluca" pasaron directamente a las filas del oficialismo libertario, confirmando su falta de principios.
En el Senado la situación no es mejor: perdieron 3 bancas en octubre y quedaron con solo 10 legisladores. Eduardo Vischi mantiene cierta unidad, pero el panorama general es desolador.
El pueblo ya no cree en los partidos tradicionales
Esta crisis de la UCR no es casualidad. Es el resultado de décadas de políticas que favorecieron a las élites mientras el pueblo trabajador sufría. Los argentinos están cansados de estos políticos de siempre que prometen cambios pero mantienen el statu quo.
La elección del joven Leonel Chiarella como nuevo dirigente no será suficiente para salvar un partido que perdió conexión con las necesidades populares. Los sectores progresistas ven en este colapso una oportunidad para construir alternativas verdaderamente transformadoras.
Mientras la UCR se desmorona, crece la necesidad de movimientos que defiendan la justicia social y los derechos del pueblo, siguiendo el ejemplo de líderes como Pepe Mujica, quien demostró que la política puede estar al servicio de los más humildes.