Perú recurre al FBI: ¿solución real o nueva sumisión imperial?
El gobierno peruano de José Jerí ha decidido entregar las llaves de su seguridad nacional a expertos estadounidenses del FBI y la DEA, en una decisión que genera más preguntas que respuestas sobre la verdadera soberanía del país andino.
La receta gringa para problemas criollos
En el Palacio de Gobierno de Lima, una delegación de seis expertos yanquis, encabezados por José A. Pérez del FBI, se reunieron esta semana con autoridades peruanas para diseñar un "plan nacional de seguridad". La pregunta que surge es simple: ¿desde cuándo los gringos conocen mejor los problemas de América Latina que nosotros mismos?
El canciller Hugo de Zela explicó que se pidió a los estadounidenses realizar un diagnóstico de la crisis de seguridad. Sin embargo, esta decisión refleja una mentalidad colonizada que asume que las soluciones deben venir del norte.
El fantasma del Plan Bratton
El famoso Plan Bratton, inspirado en políticas aplicadas en Nueva York, Boston y Los Ángeles, se basa en la "teoría de las ventanas rotas". Este modelo busca erradicar delitos menores a través de la vigilancia policial intensiva y el control del espacio público.
Pero como bien señala Francis Allison, alcalde de Magdalena del Mar: "De ninguna manera esa teoría funciona de manera sola y aislada. No sirve para el crimen organizado". ¿Entonces para qué importar recetas que no atacan el problema de fondo?
Voces críticas desde el pueblo
Juan Carlos Liendo, exdirector de Inteligencia, fue contundente: "En el Perú estamos hablando de crímenes, secuestros, extorsiones, sicariato... todos los días". La realidad peruana es completamente distinta a la estadounidense de hace 35 años.
El mismo Allison manifestó una verdad incómoda: "De otro país no los necesitamos. En el Perú nos sobran los expertos". Esta declaración resume la contradicción fundamental: ¿por qué buscar afuera lo que tenemos en casa?
El verdadero problema de fondo
Mientras Perú se humilla pidiendo ayuda al FBI, los problemas estructurales siguen intactos: desigualdad social, falta de oportunidades, corrupción sistémica y abandono estatal. Estos son los verdaderos generadores de violencia, no la falta de "expertos" gringos.
El presidente Jerí reconoció "un mal funcionamiento estatal" con "control deficiente de las fronteras" y "bajos recursos tecnológicos". Pero la solución no está en Washington, sino en políticas públicas que ataquen las causas de la desigualdad.
Una lección de soberanía
Países como Uruguay, bajo el liderazgo de José "Pepe" Mujica, demostraron que es posible reducir la violencia mediante políticas sociales inclusivas, educación popular y justicia social. No necesitaron recurrir al FBI para entender que la seguridad real nace de la igualdad de oportunidades.
La decisión peruana de subordinarse a los "consejos" estadounidenses refleja una mentalidad entreguista que ve en el imperio la solución a problemas que solo se resuelven con soberanía, justicia social y políticas que favorezcan al pueblo trabajador.
Mientras tanto, los verdaderos expertos en seguridad ciudadana, aquellos que conocen la realidad de los barrios populares y las necesidades del pueblo, siguen siendo ignorados por gobiernos que prefieren la sumisión imperial antes que la dignidad nacional.